Un hecho que permanece en la agenda de los medios, del propio Gobierno y en boca de todos los argentinos, es el debate por la Nueva Ley de Medios Audiovisuales.
Mucho se ha hablado al respecto y aún más se seguirá hablando luego que se sancione la ley o se la regrese a la Cámara de Diputados, tal como sucedió en 2008 con el hecho que mediáticamente fue denominado “Conflicto campo gobierno”.
El periodismo hasta con un simple título puede derrumbar toda objetividad y marcar posición sobre alguna temática. La palabra objetividad suena bien… imparcial, responsable, ética, moral, etc. Suena bien pero sólo suena y se pierde, porque se encuentra vulnerada por intereses económicos, compromisos ideológicos, presiones privadas o gubernamentales, etc.
La objetividad pura no existe
Esta es la primera observación que debemos hacernos en el momento de seguir un tema. Una vez sabido esto, habrá que preguntarse quiénes son los que transmiten el mensaje.
En referencia a ello, uno de los objetivos más fuerte que persigue la nueva ley es la desconcentración monopólica en búsqueda de mayor pluralidad e igualdad de oportunidades para los distintos comunicadores y sectores de la sociedad. Pero antes que nada vale cuestionarnos ¿hay monopolio en los medios argentinos?
Para responder a la pregunta los invito a que hagamos un simple ejercicio. Repasemos un posible acto cotidiano que la sociedad cordobesa puede llegar a realizar, en relación al momento de elegir qué ver, oír o leer en el avance de su jornada diaria. Para ello le pedimos permiso a Doña Rosa para acompañarla en un típico día de ella:
- Rosa se levanta temprano y prende la radio. Escucha LV2 o Radio Mitre.
- Al salir de su casa, se dirige a comprar el diario y piensa: “si tengo mucho tiempo para leer elijo La Voz del Interior, pero como tengo un día bastante agitado, mejor compro Día a Día (matutino de lectura más rápida por su tamaño tabloide, y con poca profundización en las noticias).
- A la hora de ver televisión doña Rosa puede elegir el noticiero de Canal 12 o si bien busca estar informado a un nivel nacional, cuenta con TN o Canal 13 como opciones.
- Ahora bien cuando Rosa busca algo de entretenimiento en la TV, puede ver a Magazine o Metro (siempre y cuando tenga Cablevisión… y posea gustos horribles de entretenimiento).
- Supongamos también, que a nuestra amiga cada tanto le busca ver un poco de deporte. Dispone de TyC Sport.
- Finalmente, si doña Rosa, harta del bombardeo de noticias dramáticas y repetitivas, quiere escapar de lo actual y simplemente relajarse viendo sus viejas series y novelas favoritas, cambia de canal y busca Volver.
- Terminado el día, muy cansada doña Rosa se va a dormir. Pobre Rosita, probablemente sueñe con el logo de Grupo Clarín dando vueltas en su cabeza. Pobre Rosita, probablemente todos sus sueños sean iguales… probablemente tenga pesadillas.
Parezca raro o no, todavía hay gente, políticos, periodistas y doñas Rosas que niegan la existencia de monopolios en Argentina.
Por otro lado, y como dijimos antes, “hasta con un simple título podemos derrumbar toda objetividad”. El debate por la nueva ley de medios es rotulado por Clarín y América como “Ley de medios K”. ¿Pero qué puede esconder un “inofensivo” titular? ¿Qué puede decir más que presentar una noticia?
El proyecto de ley viene siendo construido a partir del 2004 por la Coalición por una Radiodifusión Democrática y no púramente por el gobierno actual.
La participación en dicha coalición era libre y abierta al público, desde un comienzo se invitó a todos: partidos políticos, universidades, bibliotecas, sindicatos, periodistas, artistas, ciudadanos, etc. El resultado de esta construcción colectiva fue la redacción de 21 puntos básicos donde el actual proyecto de ley se apoya.
La oposición que hoy se opone rotundamente, es la misma que no quiso participar en el desarrollo de la ley. La oposición que se indigna porque no hay debate es la que no estuvo antes… La ley tiene debate y mucho más aún lo tuvo.
Gracias al debate, las telefónicas no podrán tener licencias de medios. Gracias al debate se perfecciona cada vez más la ley, gracias al debate podemos darnos cuenta que los que se oponen son partidistas que no construyen Estado, solo quieren poder, y dentro de este únicamente el suyo.
También los que se oponen a la nueva ley son los dueños del mensaje que la mayoría de los medios impone constantemente de manera descalificante, por el sólo hecho de ver sus ambiciones económicas amenazadas. Clarín y América silencian la construcción genuina de la coalición democrática y rotulan a la ley como "K", aprovechando la mala imagen que tiene el gobierno para hacerle creer a la sociedad que se trata de "otra imposición patotera de los Kirchner". El Gobierno Nacional sólo elevó la ley al Congreso. El proyecto de ley es de la sociedad, y no únicamente de un gobierno.
Es necesario actualizar la Ley de Medios Audiovisuales. Proviene de una
dictadura y empeoró aun más en la época menemista
LOS MEDIOS NOS ESTÁN INCOMUNICANDO
Busquemos e investiguemos sobre la ley y saquemos nuestras propias conclusiones.
Que los medios no decidan por nosotros.
Plan "V" (de Vida) recomienda esta página web para escuchar otras voces, lo que dicen artistas, intelectuales y periodistas al respecto de la ley.
Además dejamos a disposisción un Power Point y la siguiente expresión de "El Burro Ciego", caricatura creada por el escritor y hermano, Rodrigo Chaves, a quien desde ya aplaudo y agradezco.
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